“Voy a enviar al Espíritu Santo y él os conducirá a la verdad plena”». Por lo tanto, «si tú tienes el corazón cerrado a la novedad del Espíritu, nunca llegarás a la verdad plena». Y «tu vida cristiana será una vida a medias, parcheada, remendada de cosas nuevas, pero sobre una estructura que no está abierta a la voz del Señor: un corazón cerrado, porque no eres capaz de cambiar los odres». (…) «¿Cuál es el camino?». «abrir el corazón al Espíritu Santo, discernir cuál es la voluntad de Dios». (…) Y «esto es el mensaje que hoy nos da la Iglesia; y que Jesús dice con tanta fuerza: “¡Vino nuevo en odres nuevos!”». Porque, repitió, «ante las novedades del Espíritu, ante las sorpresas de Dios, también las costumbres deben renovarse». Antes de continuar la celebración, Francisco dijo que espera «que el Señor nos dé la gracia de un corazón abierto, un corazón abierto a la voz del Espíritu, que sepa discernir lo que nunca debe cambiar, porque es fundamento, de aquello que tiene que cambiar para poder recibir la novedad del Espíritu Santo». (Homilía Santa Marta, 18 de enero de 2016)

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