Esta declaración, este testimonio, revela el espíritu de servicio de Juan. Él fue enviado a preparar el camino al Mesías, y lo hizo sin ahorrar esfuerzos. Humanamente, se podría pensar que le será entregado un “premio”, un puesto relevante en la vida pública de Jesús. En cambio, no. Hermanos, hermanas, probemos a preguntarnos: ¿somos capaces de hacer sitio a los demás? ¿De escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud? También, a veces, de dejarlos hablar. No decir: “¡Tú no sabes nada!”, sino dejar hablar, hacer sitio a los demás. ¿Atraemos a los demás hacia Jesús o hacia nosotros mismos? Y aún más, siguiendo el ejemplo de Juan: ¿sabemos alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros? ¿Nos alegramos de sus logros, con sinceridad y sin envidia? Esto es dejar crecer a los demás. (Ángelus 15 de enero de 2023)

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