Ésta es la grandeza de Juan, un gran hombre, el último de ese grupo de creyentes que comenzó con Abraham, el que predica la conversión, el que no usa medias palabras para condenar a los soberbios, el que al final de la vida se permite dudar. Y este es un hermoso programa de vida cristiana. (…) Pedimos a Juan la gracia del coraje apostólico de decir siempre las cosas con la verdad, del amor pastoral, de acoger a las personas con lo poco que puede dar, el primer paso. Dios hará lo otro. Que el gran Juan, que es el más pequeño en el reino de los cielos y por tanto grande, nos ayude en este camino tras las huellas del Señor». (Homilía Santa Marta, 15 de diciembre de 2016)

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